Las oligarquías latinoamericanas han sido históricamente las dueñas del poder político en sus respectivos países con el respaldo del imperialismo norteamericano y las más importantes y poderosas empresas transnacionales del mundo, quienes además han saqueado las riquezas naturales y minerales de países como Venezuela y Bolivia que son grandes productores de hidrocarburos y poseedoras de la mas grande riqueza en biodiversidad y agua potable conocidas hasta ahora.
Los ricos son los responsables de los grandes males que padece la humanidad incluyendo la contaminación ambiental de los mares y la atmosfera con sus lógicas consecuencias expresadas en la manifestación de todo tipo de enfermedades, el deshielo de los polos y el desbordamiento de los ríos.
Los países ricos les imponen a los países pobres el ritmo de sus economías y los modelos políticos por los que se rigen las democracias títeres del tercer mundo bajo la figura de gobiernos dirigidos desde los más grandes centros de poder del nuevo sistema colonial global.
El Pentágono y el Departamento de Estado son los verdaderos amos de las democracias representativas que como la colombiana se ponen de rodillas ante el poder militar de los gringos y empeñan su soberanía a las oscuras fuerzas del mismo imperio que los despojó de una gran parte de su territorio patrio.
Honduras ha sido por siempre un coto feudal al servicio del imperialismo norteamericano, quienes han explotado sus riquezas a nombre de una democracia sustentada sobre las espaldas de un pueblo oprimido por tradicionales dictaduras militares que han hecho del país una gran hacienda en manos de cuatro ricos.
Las oligarquías latinoamericanas han tenido como valor fundamental, el ser profundamente conservadoras y vivir de espaldas a los procesos políticos que signifiquen cambios de algún tipo en el modelo de sociedad sobre la que han fundado sus riquezas y su poder.
Micheleti, es el resultado de la descomposición social de ese modelo de sociedad donde los amos del valle son los cuatro ricos que son dueños de media Honduras y cuya influencia sobre las fuerzas armadas se ha logrado corrompiendo a los mandos militares y poniéndolos al servicio de los mas oscuros intereses tanto nacionales, como internacionales.
Zelaya es la expresión de un pueblo que durante muchos años ha soportado el peso de una moderna esclavitud fundada sobre las bases de un estado dominado por una burguesía piti-yanqui adoradora del sueño americano con un liderazgo de mano dura contra toda iniciativa liberadora y verdaderamente democrática.
Cuatro miserables ricos apoyados desde Palmerola por todo el aparato tecnológico militar de los Estados Unidos son los que sacaron del poder legítimo a Manuel Zelaya para recuperar los privilegios perdidos y sustentar en nombre de la democracia una maquinaria represiva que viola descaradamente los derechos fundamentales del pueblo hondureño con el silencio cómplice de los adalides de la libertad radicados en los organismos internacionales como la OEA y la ONU.
Esos mismos sinvergüenzas que ahora detentan un poder fáctico respaldado por el ejército hondureño, son los dueños de los mismos medios que tienen aterrorizados a los seguidores de Zelaya difundiendo noticias artificiosas para confundir al pueblo.
Los amos del valle no son un fenómeno de Honduras ni de Centro América, también los hay rancios como los colombianos, hipócritas y violentos como los venezolanos, disociados como los bolivianos, iconoclastas como los brasileños y perversos como los corporativos gringos quienes finalmente son los que marcan la pauta en materia del capitalismo mas perverso que puede existir en el planeta.
La dictadura de Micheleti no es la dictadura de un hombre ambicioso, es la continuación del ejercicio del poder de las clases dominantes sobre un pueblo que no está dispuesto a ceder en su empeño por liberarse de sus enemigos históricos y devolverle a la patria sus esperanzas de crecer como pueblo y como nación libre en el concierto de los países que necesitan liberarse de la influencia de las perversiones del imperialismo.
El frente de trabajadores Socialistas del Metro de Caracas nos hacemos solidarios del pueblo hondureño en su pertinaz lucha contra la dictadura perversa de Micheleti y sus cuatro gorilas respaldados por las armas del fascismo.
VIVA FRANCISCO MORAZAN, VIVA MANUEL ZELAYA, VIVA EL PUEBLO HONDUREÑO
PATRIA, SOCIALISMO O MUERTE ¡VENCEREMOS!
FRENTE DE TRABAJADORES Y TRABAJADORAS SOCIALISTAS DEL METRO DE CARACAS
Caracas, Venezuela 24 de Septiembre del 2009
