domingo, 13 de septiembre de 2009

DESDE EL FRENTE

EN DEFENSA DE LA FORMACIÓN IDEOLÓGICA


Los sentimientos de odio y temor, unidos a la ignorancia sobre un determinado asunto, son los principales generadores de actitudes tales como la intolerancia y la incomprensión. Estos son, junto a una buena dosis de veneno mediático, los motores que mueven a los que, dentro del Metro de Caracas, rechazan los Cursos de Formación sociopolítica que se adelantan desde hace pocos meses en la empresa.

Pero si bien es una actitud comprensible no podemos, sin embargo, consentirla desde nuestras filas revolucionarias. Sin duda se trata de una reacción típica de la derecha enquistada dentro de ésta y otras tantas instituciones del Estado, reacción que muestra un evidente temor a la transformación que irremediablemente acontece en nuestro país, y que se manifiesta también en el campo del conocimiento teórico.

Para nadie es un secreto que, aún tratándose de teorías y nociones harto trajinadas y digeridas por la filosofía y el pensamiento a nivel mundial hará ya decenas de años, las teorías Socialista y Comunista de la Historia, esto es, el Materialismo Histórico y Dialéctico, así como el conocimiento de los Medios Históricos de Producción, son temas que eran y aún hoy son sencillamente ‘vetados’, prohibidos en la formación escolar venezolana, por solo hablar de nuestro caso. Ahora bien, aquellos que ahora rechazan con vehemencia tales conocimientos, ¿Habrán protestado en su época escolar tan tremenda omisión histórica? Es evidente que la respuesta es negativa. El pueblo venezolano ha sido sometido, como la mayoría de los pueblos latinoamericanos y del mundo, a un sistemático e ininterrumpido proceso de desinformación, por un lado, y de alienación por otro, que han hecho posible la creación, en un grueso sector de la población, de una especie de ‘costra ideológica’ que la protege de todo lo que considera peligroso para su tranquila y superficial cotidianidad. Nada debe molestar el ‘status quo’, que se ve a todas luces como algo establecido de una vez y para siempre, como algo que permanecerá así hasta el fin de los tiempos, para tranquilidad de los que han poseído y poseen los bienes y riquezas de la nación: las clases más privilegiadas de la escala social, asentadas por la especial conformación del capital en nuestro país.

Así, el acceso del pobre, del humilde, del trabajador, a una herramienta teórica que les permita emprender el camino para la comprensión histórica de la realidad y, lo que es más importante, para la transformación de la misma, representa para el fascismo y la derecha enajenada de nuestro país una amenaza que no pueden tolerar, por la que son entonces capaces de hacer cualquier tipo de subterfugios banales, como el intento de satanización que hicieron a través de algunos medios de derecha como El Nacional al momento de la salida de Claudio Farías, principal impulsor de los Cursos de Formación , al punto de colocarlos como un acto de corrupción, tratando de matar dos pájaros de un tiro: desprestigiar la imagen pública de un dirigente en ascenso y acabar con la “terrible amenaza” de la “ideologización comunista” que tanto les aterra. Pero aún si lograran detenerlos momentáneamente, La Historia muestra que el conocimiento y la sed de éste por parte de los pueblos que lo necesitan, hace inútil y hasta ridículo este tipo de esfuerzos por impedir lo inevitable, esfuerzos cuya raíz misma bebe en las marismas de lo siniestro y lo perverso. Con la nueva formación no negamos lo que ha sido inculcado anteriormente, aunque reconocemos que el fin es la superación dialéctica de la superestructura imperante en decadencia ( si esto último le suena a chino, no es mera coincidencia y no es culpa suya, es lo que le han tratado de ocultar durante años, si no, entonces ha logrado usted milagrosamente un avance en la lucha contra la ideología capitalista sutilmente ‘inyectada’ desde todos los ángulos de su vida social ), simplemente se trata de agregar nuevos e importantes elementos para el debate y el crecimiento intelectual, para el desarrollo crítico de la conciencia humana.

Es por ello que los que defienden el capitalismo ven en un pueblo clarificado por su educación y preparación intelectual, el arma principal de la futura destrucción del sistema. Así, no solo abogamos por la necesidad imperiosa de continuar con esta formación dentro de la empresa Metro de Caracas, sino en todos y cada uno de los espacios que se puedan abrir en el seno de nuestra sociedad, de nuestra nación y de otras naciones del continente.

Consideramos ésta la única manera de vencer progresivamente los prejuicios y temores asimilados por nuestros pueblos a lo largo de años (siglos) de incomprensión, manipulación e intolerancia de la derecha de hoy y siempre, que ahora cuenta, además, con su más poderoso aliado: El factor mediático con su capacidad alienante y enajenante de conciencias.


Por: Rafael Farías.

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